
En reuniones que tenemos con empresas para presentar un programa de Coaching Ejecutivo o de equipos, la pregunta más frecuente es, ¿Cómo medimos un proceso de Coaching? ¿Cuál es el ROI de este proceso? ¿Por qué invertir en coaching en lugar de cursos más específicos? El impacto del coaching en las empresas va más allá de las mediciones y lo económico.
En este artículo queremos contarte que es el ROI, pero no te lo contamos para invitarte a hacer cuentas y calcular ese porcentaje ventajoso que podrías obtener con un proceso de coaching, sino que queremos contarte otras formas de medir los efectos que genera el Coaching en las empresas.
¿Qué es el ROI?
El ROI o retorno sobre la inversión es un indicador de la rentabilidad que una decisión de inversión trae a la empresa, y se calcula en función de la inversión y los beneficios obtenidos de la misma.
ROI% = (Beneficios logrados – Costos de Coaching Ejecutivo) * 100 / Costos de Coaching Ejecutivo
El resultado es un valor porcentual que indica si la inversión se paga a sí misma o no, (y en qué medida lo hace).
El ROI es altamente atractivo por su aparente simplicidad y su capacidad de permitir sacar conclusiones rápidamente sobre la idoneidad de una inversión o no. Antes de iniciar un proceso de Coaching Ejecutivo o Team Coaching debemos plantear objetivos medibles que esperamos lograr con este proceso, para luego poder hacer las mediciones y obtener un ROI real.
Pero surgen complicaciones, ya que trabajamos con objetivos orientados a mejorar variables blandas como trabajo en equipo y comunicación, es complicado cuantificar el valor monetario de dichos cambios. Por otro lado, es muy fácil caer en incorrectas valoraciones del impacto monetario de la mejora de ciertas variables, y también es posible que al impacto del coaching se le atribuya mayor responsabilidad de la que realmente tiene, como lo son las ventas.
En un estudio realizado por Manchester Inc. sobre la estimación del impacto del Coaching, se establecía un Retorno de la Inversión de casi seis veces la inversión realizada. Se realizó una comparación del impacto de la formación por sí sola o combinada con coaching y los resultados que se obtuvieron, indicaron que la formación sola, contribuía a incrementar la productividad en un 22%, mientras que la formación combinada con coaching incrementa dicha productividad en un 88%.
Patrick Lencioni en su libro The advantage, señala que en el 98% de las actividades de capacitación de una organización se enfocan en áreas de inteligencia o cognitivas, es decir, en el desarrollo de hard skills. Pero la verdad, es que esta área solo es la mitad de la ecuación en términos de productividad dentro de la organización. La otra mitad está en el desarrollo personal, que se orienta al desarrollo de soft skills. Una forma de desarrollar y fortalecer estas habilidades es a través del coaching, siendo una de las herramientas claves y potentes organizacionalmente.
Con el coaching, el empresario busca compromiso, resiliencia, menos estrés y un desarrollo más armonioso, pero lo que principalmente la empresa pretende es que las cifras aumenten y el beneficio sea mayor. Los intangibles que se argumentan como beneficio (aumento de compromiso, aprendizaje y consolidación del liderazgo o capacidad de tomar decisiones), que en sí son importantes porque las empresas los necesitan, deben ir indefectiblemente unidos a qué periodo de tiempo transcurrirá hasta que la empresa recupere su inversión y, fundamentalmente, en cuánto aumentará su beneficio tras lograrlos.
Un informe de la revista Harvard Business Review encontró que el 95% de los líderes ejecutivos encuestados consideraban que tener un coach ejecutivo les ayudó a abordar desafíos laborales específicos y mejorar su liderazgo. Otro estudio realizado por la Manchester Consulting Group encontró que el coaching ejecutivo mejoró la productividad en un 88% de los casos, la calidad del trabajo en un 63% y la satisfacción laboral en un 61%.
Estas estadísticas demuestran que el coaching de empresas es una herramienta efectiva para mejorar el rendimiento de los ejecutivos y claramente contribuye al éxito de las empresas. Al invertir en el desarrollo y crecimiento de los líderes, las empresas pueden obtener un retorno significativo en términos de mejora del liderazgo, productividad, toma de decisiones y satisfacción laboral.
¿Quiere esto decir que cualquier inversión en Coaching tendrá estos retornos?
En primer lugar, debemos seleccionar cuál es el grupo de líderes idóneo para recibir Coaching o el líder idóneo. Debe ser un líder o un equipo con ganas de crecer y desarrollarse, sin necesidad de que sean los primeros mandos.
En nuestro trabajo, hemos identificado múltiples claves del éxito que garantizan el impacto monetario y el retorno de la inversión. Con esto en mente, quiero centrarme en lo que sí, garantiza un retorno de la inversión positivo.
Clave 1: Motivación del cliente o su capacidad para generar impacto.
Un cliente de coaching que en realidad no quiere dedicarse a este tipo de actividades, un cliente al que su gerente le recomienda sesiones de Coaching Ejecutivo y no está motivado para cambiar o no tiene la capacidad para hacer los cambios esperados por el gerente no producirá un impacto positivo personal, profesional ni monetario para la empresa. Lo mismo ocurre con aquellos que pueden inscribirse voluntariamente en el coaching, pero no están realmente motivados para esforzarse y aplicar o probar las ideas que están aprendiendo a través del coaching.
En estos casos, nos preguntamos:
¿El cliente realmente quiere participar en el coaching? ¿Tiene un historial de esforzarse y tomar riesgos al intentar algo nuevo? ¿Se siente responsable de realizar los cambios? ¿Tiene la oportunidad de traducir los conocimientos adquiridos en acciones tangibles en el trabajo? ¿Qué tan comprometido está con el cambio?
Debemos asegurarnos de que la persona está comprometida con el proceso de coaching, y ayudarle a evaluar su capacidad para convertir los conocimientos en acciones tangibles en el trabajo.
Clave 2: La solución de coaching proporcionada se adapta al cambio que se necesita.
Los coaches acompañamos a través de preguntas a los clientes para que ellos encuentren nuevas formas de enfrentar situaciones, es decir, que se den sus propios consejos. No existe nada más poderoso que lo que podemos descubrir por nosotros mismos, todos los recursos necesarios están dentro nuestro, solo hay que encontrarlos. A través de preguntas damos forma a nuestro trabajo de coaching en función de lo que creemos que es la solución de coaching más adecuada.
Clave 3: El entorno apoya y refuerza los cambios deseados.
En una situación ideal, el entorno en el que trabaja el cliente de coaching es propicio, alentador y refuerza los mismos conceptos sobre los que el cliente puede estar adquiriendo; sin embargo, este no siempre es el caso. En nuestro papel como coaches, nuestro trabajo es ayudar al cliente a desenvolverse en una cultura que puede no ser de apoyo y abogar por el apoyo del gerente. Si falta alguna de estas cualidades, el cliente puede no tomar ninguna acción tangible en el trabajo y no producir ningún cambio.
Por lo que, es importante informarse si el gerente está comprometido con los objetivos del cliente, si los compañeros modelan y refuerzan los mismos comportamientos, si se ve el coaching como algo positivo y pensar cómo podemos ayudar al cliente a planificar esos obstáculos para cambiar y obtener apoyo. Debemos involucrar al gerente en el proceso de establecimiento de objetivos, control de progreso y como parte de una sesión informativa para garantizar la rendición de cuentas y el apoyo.
Se puede garantizar la probabilidad de un impacto monetario y un ROI positivo al:
- Asegurarnos de que el líder seleccionado para el coaching tenga un compromiso personal y la capacidad de generar cambios,
- Proporcionar una solución adecuada, personalizada y lo suficientemente sustancial para que el cliente tome medidas tangibles en el trabajo,
- Garantizar que el entorno apoye y refuerce los cambios deseados.
Evidencias Intangibles del ROI
- Incremento del desempeño y de los resultados profesionales,
- Mejora en las relaciones profesionales y familiares,
- Revitalización de energías y satisfacción personal,
- Alineamiento de visión, misión y valores personales con los de la organización,
- Reenfoque de las prioridades del líder y de su rol como líder, integrando nuevas habilidades,
- Mejora en la capacidad de reflexión y análisis, introduciendo intuición, emoción y creatividad en equilibrio con lo racional e intelectual.
El impacto del coaching va más allá de los números, proporcionando beneficios tangibles e intangibles que mejoran la salud organizacional y la satisfacción personal.
Conclusión
Invertir en coaching ejecutivo no es solo una cuestión de números. Se trata de desarrollar líderes que puedan enfrentar desafíos, tomar decisiones acertadas y guiar a sus equipos hacia el éxito. La combinación de habilidades duras y blandas es la clave para un rendimiento sobresaliente y un clima organizacional saludable.
En Labora, ayudamos a los líderes de tu empresa a desarrollar habilidades blandas a través del Coaching Ejecutivo. Estás habilidades son indispensables para el éxito de tu empresa. Qué estás esperando?
Nos vemos en el próximoooooooo.